Estamos en una guerra, y esa guerra ya está ganada. Sin embargo, la batalla espiritual invisible continúa. Durante esta temporada navideña es crucial comprender y recordar que fuimos creados para ser salvos.
Creados para ser salvos |Génesis 3:15, 21-24 |
Creados para trabajar | Génesis 3:17-19 |
Creados para vivir el evangelio en nuestras relaciones interpersonales | Génesis 3:12-13 |
Creados para un mundo sin vergüenza | Génesis 3:7-11 |
Creados para un mundo diferente | Génesis 3:1-7 |
Creados para relacionarnos | Génesis 2:18-25 |
Creados para descansar | Génesis 2:1-3 |
Creados para florecer | Génesis 2:4-25 |
El Corazón de Dios para las Naciones | Génesis 1:28-31 |
Creados a la imagen de Dios | Génesis 1:26-27 |
Creados para enseñar las verdades | Génesis 1-3, 2 Timoteo 2:24-26 |
Creados para escuchar Su voz | Génesis 1:3, 6, 9, 11 |
¿Quién es Nuestro Dios? Parte 2 | Génesis 1:1-5 |
¿Qué es lo que Dios ha creado y cómo esto revela Su carácter? | Genesis 1:3-25 |
¿Quién es Nuestro Dios? | Génesis 1:1-2 |
En Génesis capítulo tres encontramos el origen del plan de redención de Dios para nosotros. A pesar de lo malo que hayas hecho, del pecado que hayas cometido o de cualquier circunstancia en la que te encuentres, fuiste creado para ser salvo. ¿Crees que esta guerra espiritual se gana para que puedas pelear por la victoria de Jesucristo?
Nuestro Dios nos salvó al vencer a Satanás. (Génesis 3:15)
Satanás hirió el talón de Jesús en la crucifixión. (Isaías 53:10-11)
Jesús hirió la cabeza de Satanás al vencer a la muerte. (Apocalipsis 20:10)
Nuestro Dios nos salva al perdonar nuestros pecados. (Génesis 3:21)
El pecado contra un Dios santo demanda justicia e ira. (Romanos 6:23; Romanos 3:24-26)
El pecado contra un Dios que perdona produce misericordia y gracia. (Isaías 61:3)
Nuestro Dios nos salva de nosotros mismos al pastorearnos hacia él. (Génesis 3:22-24)
Dios guió a Adán y Eva lejos del árbol de la vida en el jardín, para que no vivieran para siempre en un estado caído y quebrantado.
Aunque Dios expulsó al hombre del árbol de la vida, nos guió a otro árbol de la vida, la cruz de Cristo, a través de la cual podemos vivir para siempre en un estado perdonado y glorificado. (Oseas 2:15)