Nuestra cultura nos divide según nuestro color de piel, cultura, idioma, estatus socioeconómico y trasfondo, pero el evangelio es contracultural. Aquí compartimos 3 verdades bíblicas reveladas en nuestro matrimonio bicultural.
1. La cultura del Reino de Dios es nuestra única esperanza (Mateo 6:33)
Dios es santo, bondadoso, perfecto y amoroso. ¡Eso es el cielo!
Lo malvado, malo, imperfecto y odioso es consecuencia de la ausencia de Su presencia. Eso es el infierno.
Hacer de Dios nuestro Rey, el último y único punto de referencia, y no de nosotros mismos, es la clave para un matrimonio perfecto.
La justicia de Dios, a través de Jesucristo, nos pone en una posición recta con Él y entre nosotros.
El temor de Dios en cada una de nuestras vidas ha abierto el misterio del matrimonio, que es Jesús mismo.
Solo a través de Jesús somos perfectos.
La noción de que cualquiera de nosotros es perfecto, o que nuestra crianza es perfecta, conducirá a la decepción y eventualmente al caos en nuestras relaciones.
Ninguna de nuestras culturas es perfecta. Su cultura es nuestra única esperanza de paz, comprensión y recibir el amor que ambos buscamos el uno del otro.
2. Las diferencias son una bendición de Dios disfrazada (2 Corintios 12:9)
Sin Cristo, somos débiles y necesitamos Su gracia.
Aunque las similitudes son buenas, también pueden ser debilidades a la luz de los principios y la verdad de Dios.
A través de nuestras diferencias, hemos aprendido unos de otros valiosas lecciones que nos faltaban. Nos hemos vuelto más abiertos y flexibles entre nosotros. Nos gusta decir, "llenamos los vacíos de los demás".
Nuestras diferencias también han creado una dependencia de Dios que nos ha ayudado a crear una sana dependencia entre nosotros.
Ver las diferencias relacionales como oportunidades para experimentar a Dios.
La humildad es la clave para encontrar la unidad en nuestra diversidad.
Nuestras diferencias son las bendiciones de Dios disfrazadas.
3. La unidad es como experimentamos el cielo en la tierra (Efesios 5:12-21)
La Trinidad es el ejemplo perfecto de unidad. En ella vemos “la relación perfecta”. En ella vemos “el amor perfecto y la armonía perfecta”. En ella también vemos la unidad en la diversidad.
Cuando ambos estamos enfocados en la misión de Dios, nos someteremos mutuamente.
Someterse unos a otros trae paz y armonía a nuestro matrimonio, pero requiere que renunciemos a nuestro pecado. Sin Cristo, la unidad es imposible.
Cuando ambos caminamos en la libertad de Cristo, siendo justificados por la fe, tenemos paz con Dios y entre nosotros.
Sabemos que tenemos una nueva identidad en Cristo, ya no somos condenados por Dios; podemos perdonarnos las faltas unos a otros porque Dios nos ha perdonado.
Solo podemos experimentar la unidad en cada relación a través de Jesucristo.
Todos nuestros problemas interpersonales, y matrimoniales, tienen sus raíces en una perspectiva equivocada de Dios y Su don revelado a través de Jesucristo.
Aplicación
- ¿Estás buscando la paz en el lugar equivocado en lugar de Dios?
- ¿Ves la belleza de Cristo y cómo Él es el acceso al amor, la esperanza y la paz que anhelamos?
- El Evangelio es que Dios te amó tanto que envió a Su hijo a morir en la cruz por todos tus pecados. Y solo en Cristo, puedes tener una relación correcta con un Dios Santo.