Nuestra tendencia es querer hablar solamente de los dones del Espíritu. Sin embargo, antes de hablar de los dones del Espíritu, necesitamos asegurarnos de tener una base sólida con respecto a la persona del Espíritu Santo.
Consiera las siguientes preguntas:
¿Qué conceptos equivocados sobre el Espíritu Santo debemos evitar?
¿Cuál es el lugar del Espíritu Santo en la Trinidad? ¿Cómo deberíamos referirnos al Espíritu Santo?
¿Le oramos al Espíritu Santo?
¿Cómo sabemos que el Espíritu Santo es plenamenta Dios?
¿Dónde vemos la actividad del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento?
¿Por qué es importante que el Espíritu Santo sea una persona?
¿Cómo te parece relacionarte personalmente con el Espíritu Santo?